26 diciembre, 2011
No más mentiras.
Ya no se que es real y que no. Ha habido tantos tequieros de por medio que no se cual fue realmente el verdadero. De tantas caídas, he aprendido a levantarme cada vez más rápido, pero eso no significa que no haya vuelto a caer otra vez más en el mismo error una y otra vez, escuchando tequieros a diestro y siniestro para luego jugar con mis sentimientos y dejarme allí tirada en un ricón. Sí, supongo que seguiré equivocándome por mi fácil capacidad de enamoramiento, pero si algo he aprendido, es que no volveré a derramar ni una sola lágrima más por aquellas personas que no se molestaron en derramarla nunca por mí.
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